Aznar ha dicho que volvería a la política activa si considera que la situación de su queridísima piel de toro se pone muy chunga (¿mas....?). Y lo dice justo ahora, el mismo día que sale a la luz que la estercolera del caso Gurtel ha derrapado en la boda de su hija. Aznar, el reconquisrtador mesiánico que debe pensar que una legión de nostálgicos casposos y “rojoigualdos” lo están echando de menos, en verdad, lo único que ha conseguido con su incontinencia verbal es dejar en evidencia a sus compañeros de partido que, para nuestra desgracia, nos están desgobernando, y demostrar una vez más que sólo hay una cosa en su ser más grande que su soberbia, y no es otra cosa que su absoluta incapacidad para aceptar que ha pasado a la historia como el caniche de las Azores que nos metió en una guerra sin justificación a cambio de fumarse unos puros en la Casa Blanca, en compañía de un genocida llamado Bush, y con las botas sobre la mesa de invitados bajitos y con bigote. Qué ser más triste...
¿Quiere usted volver....? Pues vuelva hombre, vuelva, a ver si así revienta todo de una vez y somos capaces en este pais de empezar de nuevo prescindiendo de salvapatrias y adoradores del dinero mafioso.
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